Seamos sinceros: en España, empezar el día sin un buen café es casi impensable. Sea un cortado rápido en la barra del bar, un espresso en casa o ese capricho de café con leche con croissant, el café no es solo una bebida… es un ritual, una identidad cultural. Pero claro, después de la tercera taza, a veces llega la duda: “¿Esto me está haciendo daño? ¿No será demasiado café para mi corazón o mi estómago?”
Es normal preguntárselo. Durante años se ha hablado de que la cafeína puede causar nerviosismo, insomnio o incluso aumentar el riesgo cardiovascular. Pero, ¿y si te dijera que muchos de esos miedos están basados en mitos superados por la ciencia moderna? Hoy, cada vez más estudios demuestran que el café, en su justa medida, no solo no es perjudicial, sino que puede ser un gran aliado para tu salud.
En este artículo te lo explico como médico, pero también como amante del café. Vamos a ver juntos qué dice la evidencia científica más reciente sobre el café y cómo puede ayudarte a cuidar tu corazón, controlar el azúcar, perder grasa y mejorar tu rendimiento. Prepárate un cafecito (negro, si puede ser) y vamos allá.

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Café y salud del corazón: ¿enemigo o aliado?

Durante mucho tiempo, a las personas con hipertensión o problemas cardíacos se les desaconsejaba el café. Se pensaba que la cafeína aumentaba la frecuencia cardíaca y la presión arterial, algo peligroso para el corazón. Sin embargo, las investigaciones actuales nos cuentan otra historia muy diferente.
El café contiene un antioxidante muy potente llamado ácido clorogénico, que ayuda a reducir la inflamación en las arterias, protege las paredes vasculares del estrés oxidativo y mejora la función endotelial, es decir, la capacidad de los vasos sanguíneos para contraerse y relajarse adecuadamente. En resumen: ayuda a que tu sistema circulatorio funcione como un reloj.
Y sí, la cafeína puede elevar la presión ligeramente en algunas personas, pero también mejora el flujo sanguíneo y la función cardíaca a corto plazo. Si tienes una enfermedad cardiovascular crónica o estás tomando medicamentos, lo mejor es que lo hables con tu médico. Pero si estás sano, una o tres tazas al día podrían ser más beneficiosas de lo que imaginas.
¿Puede el café ayudar a prevenir la diabetes tipo 2?

Totalmente. De hecho, varios estudios a largo plazo muestran que las personas que beben café con regularidad tienen menos riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La clave está otra vez en el ácido clorogénico, que frena la absorción de glucosa en el intestino y reduce la producción hepática de glucosa.
Además, el café aporta minerales como magnesio y cromo, que mejoran la sensibilidad a la insulina. Esto significa que tus células aprovechan mejor la glucosa en sangre y evitas esos picos de azúcar tan perjudiciales a largo plazo.
Pero hay un matiz importantísimo: esto solo se aplica al café negro, sin azúcar, ni leche condensada, ni siropes. Un café con leche con tres sobres de azúcar no te va a ayudar con el control glucémico. Ahí está la diferencia entre un café saludable y un postre disfrazado.
¿Y si el café también te ayuda a adelgazar?

¡Pues sí! Aunque suene a eslogan de gimnasio, la cafeína puede ayudarte a quemar grasa, sobre todo si lo combinas con ejercicio físico.
Funciona porque la cafeína activa el sistema nervioso simpático y aumenta los niveles de adrenalina, lo que estimula la liberación de ácidos grasos almacenados para que se usen como energía. Además, incrementa la tasa metabólica basal, es decir, la cantidad de calorías que quemas incluso en reposo.
Un estudio británico reveló que las mujeres que consumían entre 2 y 3 cafés diarios tenían hasta un 4% menos de grasa corporal, especialmente en el abdomen. Y esto es crucial, porque la grasa visceral (la que se acumula alrededor de los órganos) es la más peligrosa en términos de salud metabólica y cardiovascular.
¿Mi consejo? Tómalo antes de entrenar para potenciar el efecto, pero siempre sin azúcar ni leche artificial. Tu cuerpo lo notará.
Café y ejercicio: un “pre-entreno” natural y eficaz

Cada vez más deportistas —profesionales y amateurs— están incorporando el café en su rutina previa al ejercicio. No es casualidad: la cafeína es un potenciador natural del rendimiento físico, y está reconocido como tal en el mundo del deporte.
Bloquea la adenosina, la molécula que te hace sentir cansado, y mejora tu enfoque, resistencia y velocidad de reacción. También aumenta la liberación de calcio en las células musculares, lo que mejora la contracción muscular y la fuerza.
Ya sea para correr, hacer pesas o bailar zumba, una taza de café puede ser tu mejor aliado antes de empezar. Eso sí, evita tomarlo con el estómago completamente vacío si tienes el sistema digestivo sensible. Lo último que quieres es un mal rato a mitad del entrenamiento.
Cómo tomar café de forma inteligente

No todos los cafés son iguales. El modo en que tomas tu café marca toda la diferencia. El café filtrado, espresso o cold brew, sin azúcar ni añadidos, es la mejor opción para beneficiarte de sus propiedades.
La cantidad también importa: se recomienda no pasar de 400 mg de cafeína al día, lo que equivale aproximadamente a tres tazas de café de 240 ml. Ten en cuenta que un cold brew o café comercial puede contener más cafeína de la que crees, así que revisa las etiquetas si eres fan de las cadenas de cafetería.
Y cuidado con los “café postres” que incluyen nata, caramelo, siropes y demás bombas calóricas. Estás bebiendo más calorías que en un trozo de tarta, y los beneficios desaparecen por completo.
¿Hay personas que deberían evitar el café?

Por supuesto. Aunque el café tiene efectos positivos, no es apto para todo el mundo.
Si tienes reflujo gastroesofágico, gastritis o úlceras, el café puede irritar tu estómago. También puede aumentar la ansiedad o el insomnio si ya sufres de trastornos del sueño o nerviosismo crónico.
Si estás embarazada, tienes presión alta no controlada, insuficiencia renal o una afección cardíaca específica, habla con tu médico antes de incorporarlo a tu rutina diaria. La clave es conocer tu cuerpo y cómo responde a la cafeína.
Médico Coucou💊
En resumen, el café puede ser mucho más que un capricho diario. Si lo tomas con cabeza —negro, sin azúcar, con moderación y prestando atención a cómo te sienta— puede ayudarte a cuidar tu salud cardiovascular, prevenir la diabetes tipo 2, mejorar tu metabolismo y rendir mejor en el ejercicio. No necesitas sentirte culpable por disfrutarlo, solo asegúrate de hacerlo de forma inteligente. Como siempre te decimos en Médico Coucou: escucha a tu cuerpo y cuida de ti con placer y conciencia.



