La Cebolla: El Superalimento para el Corazón que la Mayoría Está Comiendo Mal
La cebolla no es solo un ingrediente de cocina, sino un potente aliado para la salud cardiovascular. Gracias a su alto contenido en antioxidantes, compuestos antiinflamatorios y sustancias que reducen el colesterol, se ha convertido en un remedio natural para mejorar la circulación y prevenir enfermedades cardíacas. Pero hay un detalle clave: si no la consumes correctamente, podrías estar perdiendo sus beneficios más poderosos. ¿Es mejor cruda o cocida? ¿Deberías tirar la piel o usarla? Vamos a descubrir cómo comer cebolla para aprovechar al máximo sus propiedades saludables.

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Quercetina: El Escudo Protector de Tus Vasos Sanguíneos

Uno de los compuestos estrella de la cebolla es la quercetina, un flavonoide con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que desempeña un papel crucial en la protección de los vasos sanguíneos.
La quercetina reduce el estrés oxidativo, una de las principales causas del envejecimiento vascular y la arteriosclerosis. También ayuda a disminuir el colesterol LDL (el “malo”) y aumentar el HDL (el “bueno”), evitando la acumulación de placa en las arterias. Además, se ha demostrado que reduce la presión arterial al relajar los vasos sanguíneos, mejorando la circulación y disminuyendo el riesgo de hipertensión y enfermedades cardíacas.
Un estudio de la Universidad de Texas A&M reveló que consumir media cebolla al día puede aumentar hasta un 30% los niveles de colesterol HDL, ayudando a mantener un sistema cardiovascular fuerte y libre de obstrucciones.
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¿Cruda o Cocida? La Mejor Manera de Consumir Cebolla

La respuesta depende de qué nutrientes quieras conservar. Si buscas reducir el colesterol, mejorar la circulación y cuidar tu corazón, la mejor opción es la cebolla cruda.
Esto se debe a su alto contenido en alicina, un compuesto de azufre con propiedades anticoagulantes y cardioprotectoras. La alicina es capaz de reducir la coagulación sanguínea, disminuir el colesterol LDL y regular la presión arterial.
Sin embargo, la alicina es altamente sensible al calor y comienza a degradarse a partir de los 70°C (158°F). Por eso, si quieres aprovechar al máximo este compuesto, lo ideal es consumir la cebolla cruda, ya sea en ensaladas, sándwiches o aderezos.
Si prefieres la cebolla cocida, aún puedes obtener grandes beneficios. Aunque el calor destruye la alicina, la quercetina permanece estable, por lo que sigue siendo una excelente fuente de antioxidantes. Asar, saltear o hervir cebollas no reduce significativamente los niveles de quercetina, por lo que sigue siendo una opción válida si buscas un sabor más suave.
Si la cebolla cruda te resulta demasiado fuerte, prueba estos trucos:
- Déjala reposar entre 15 y 30 minutos después de cortarla para reducir su sabor fuerte y permitir que la alicina se desarrolle completamente.
- Enjuágala con agua fría para suavizar su picante sin perder demasiados nutrientes.
La Piel de la Cebolla: Un Tesoro Nutricional que No Debes Tirar

La mayoría de las personas pela la cebolla y tira la piel sin saber que es la parte más rica en quercetina. Un estudio de la Universidad Femenina de Duksung en Corea del Sur encontró que la piel de la cebolla tiene hasta 45 veces más quercetina que las capas internas.
En lugar de desecharla, aquí tienes algunas formas inteligentes de aprovechar la piel de la cebolla:
- Prepara té de piel de cebolla: Hierve las pieles en agua para obtener un té suave y lleno de antioxidantes.
- Úsala en caldos, sopas o guisos: Cocina la piel en los caldos para extraer la quercetina y retírala antes de servir.
- Sécala y tritúrala en polvo: Usa el polvo de piel de cebolla como condimento en ensaladas, sopas o platos de verduras.
Como la quercetina es resistente al calor, cocinar la piel de la cebolla no destruirá sus beneficios, convirtiéndola en una forma fácil de incrementar tu consumo de antioxidantes.
Médico Coucou💊
La cebolla no es solo un ingrediente de cocina, sino un remedio natural para el corazón. Comerla cruda maximiza la alicina, ayudando a reducir el colesterol y la presión arterial. Cocinarla preserva la quercetina, un poderoso antioxidante que protege los vasos sanguíneos del daño oxidativo. Y no olvides la piel de la cebolla, que contiene la mayor concentración de quercetina. Si quieres mejor circulación, arterias más limpias y un corazón fuerte, comienza a incluir la cebolla en tu dieta diaria. Pruébala en distintas preparaciones y experimenta sus beneficios.



